Bienvenidos

Buscando mi SER espero ayudar a otros igual que otros muchos me ayudaron a mi antes.

MI COMPROMISO: La verdad, casi toda la verdad y nada más que la verdad. Lo que escribo es lo ocurrido o sentido en cada momento, en el preciso momento en que lo registré en mi cuaderno o mi camara de fotos.

Y si quieres te lo digo en verso:
Puedes creértelo o no, // no es mi problema, es el tuyo, // lo que cuento sucedió, // sólo narro lo que vi, // lo que sentí y descubrí, // partiendo de mis lecturas, // mi experiencia y mi tesón. // Si te gusta, bienvenido // a este mi mundo interior. // Si te aporto, ya me alegro, // de hacer un mundo mejor. // Pero si ese no es el caso, // no tengo más que decir...


martes, 15 de febrero de 2011

ViOK >> Día 6 - Ostabat a St. Jean de Pie de Port + 21.1 Km = 146.7 Km


Amanecer en Ostabat - Una maravilla para empezar el día
Nada más salir del alberque para ir a desayunar a la casa de Lucia, empiezo a tirar fotos. El amanecer precioso eleva aún más mi ánimo... después el saludo de Lucia y el rico y nutritivo desayuno me proporcionan la energía que necesito para seguir mi camino.  Después vuelta a las fotos, antes de cargar con todo y seguir mi camino, sobre las 8:45 empiezo a andar.

Aparece el pony, antes de volver a pasar por Larceveau (el pueblo donde no pude dormir, lo que me hizo sumar 10 km más a mi trayecto de Lourdes a Compostela). Van surgiendo los amigos del camino: Los perros protestones, la vaca y el ternero curiosos, el carnero negro que va dejando huella en el rebaño, las garzas mezcladas con las ovejas en los prados del pre-pirineo francés... y todo a través de un camino alejado de la carretera y cercano al bosque.


Sorpresa eléctrica (los dos aturdidos)
Todo va bien hasta que llego a una granja donde veo en un lado a un caballo blanco y al otro lado a dos ponys. Me acerco al caballo blanco y saco mi cámara para grabar, la pongo en marcha y me acerco a la valla... el caballo viene y se establece el contacto, mientras grabo en vídeo... de pronto la sorpresa desagradable; sin darme cuenta he tocado el cable de la parte superior de la valla y recibo una descarga eléctrica (de baja potencia), que hago llegar a través de mi mano al caballo que estoy acariciando. El caballo sale de estampida y yo dejo caer mi cámara.


Increíble, con una cerca sólida, todavía añaden otro obstáculo más (eléctrico) para que los animales no tengan opción alguna de salir de su cárcel. En el corralillo de los ponys más de lo mismo... y en el prado de las ovejas, supongo que también.





Nuevo secuestro del camino
El camino por esa zona, totalmente embarrado y deteriorado del ir y venir del tractor del dueño de la granja. Y encima puertas en el camino que me exigen un esfuerzo para poder abrirlas... atadas con alambres que tengo que desdoblar para poder pasar. Las ovejas, al otro lado de un arroyo vienen hacia mi y me acompañan por el otro lado del arroyo... dan la impresión de ser presas y querer encontrar una salida a su situación.

Me alejo por la senda que me mete en el bosque. Allí veo señales de una batalla por la vida, en el camino hay un montón de pelos (parecen de liebre o de conejo): algún ave rapaz a atacado a su presa. No está claro que se hiciera con el botín ya que más adelante vuelvo a encontrar más pelos... ¿Quién conseguiría su objetivo, el cazador o la presa?

Cuando la senda del bosque se acaba ante la proximidad de una carretera, lo inaudito... El secuestrador del camino quiere obligar a los peregrinos a saltar una valla a través de una escalera de 3 ó 4 peldaños... Sube y luego baja con la carga a cuestas... ¡pues va a ser que no!   Me enojo por la desfachatez del secuestrador del camino; quiere obligarnos a un esfuerzo adicional,  en vez de tener una puerta de abrir y cerrar como me he encontrado en muchos sitios. Busco mi cuchillo y corto las cuerdas que impiden abrir las puertas de madera que me cierran el paso, las abro y le dejo un mensaje  "lo primero los peregrinos".

La senda sigue, ya sin puertas, al lado de una carretera. Al rato me doy cuenta que he caído en la trampa del pasado, el juzgar unos hechos que yo no puedo controlar, el permitir que mi mente vuelva a perturbar mi paz y mi alegría. Observo lo que me está ocurriendo... el miedo del granjero ha creado las circunstancias para que vuelva a aparecer en mi la ira, a despertar mi cuerpo del dolor... observo mis pensamientos y mis sentimientos...  "y vuelvo al ahora"... me olvido del incidente y sigo disfrutando de mi camino y del precioso día... me entretengo fotografiando a una lagartija. 


Los primeros regalos del día
Al rato recibo un precioso regalo. Ahora por el arcén de la carretera y allí está mi regalo "un banderín con la bandera de la Unión Europea", con su bonito color azul y las 12 estrellas doradas. Fotos para el recuerdo del lugar de mi pensamiento por la unión de los pueblos de Europa (La Cruz de Galzetaburu). Y estando justamente allí, en un lugar alto, me entra un mensaje de mi hijo que me dice que viene mal tiempo, que me de prisa en cruzar los pirineos  ¡gracias hijo, es agradable que estén pendientes de uno!

Aunque estoy en Francia, parece que me llega la señal al móvil e intento contestar al mensaje. Consigo responder a mi hijo, enviar un mensaje a mi hija y hablar con mi madre y una amiga... Otro regalo inesperado ya que no teniendo roaming esto no entraba en mis planes.


La cerveza, el agua, el pan y LA CRUZ
Va  avanzando la mañana y sigo disfrutando de buen tiempo y de vistas preciosas. No me canso de hacer fotos y va siendo hora de comer. Llevo cosas en mi riñonera pero no he comprado pan... hago una nueva petición al Universo:  "Deseo otra cerveza como la de ayer y además un plato de verdura para comer"
Sigo mi senda hacia Santiago... camino a la izquierda, luego a la derecha, un pueblo (nada parecido a un bar), otra cruz en el camino y me distraigo con mi pasado... no veo señales al llegar a la intersección con una carretera y empiezan mis dudas ¿Se me habrá ha pasado algún desvío?  Vuelvo atrás (unos 500 m.) y confirmo que no, que iba bien (añade otro kilometro a la cuenta). Al volver a la intersección con la carretera veo una minúscula indicación (la flecha amarilla), al otro lado de la carretera en un poste de la luz. Bueno, 1 km más y 15 minutos más tarde sigo en busca de la cerveza.

Después de un tramo por carretera, a seguir por un camino a la izquierda y allí el anuncio de una "Ferme"... pues será ahí donde encuentre la cerveza ¿o no?. Un rato más tarde, hay que salirse del camino para llegar a la "Ferme Paysannes". Voy para allá, a ver que me encuentro. La puerta está abierta y desde la entrada hago notar mi presencia... "Bonjour, bonjour"... y aparece una señora, que en francés me dice que NO, que allí solo camas para dormir pero no comida ni bebida. Pido que me llene la botella de agua y accede amablemente. Me voy, pienso en la comida y me percato de que no tengo pan (ni pan ni cerveza). Vuelvo de nuevo a la casa a pedir un poco de pan para poder hacerme un bocata con lo que llevo y cuando aparece de nuevo la señora y le pregunto si me puede proporcionar un poco de pan... la sorpresa: "me dice que NO" y su explicación "yo no soy la dueña,  no puedo dárselo",  me hace pensar.


Vuelvo al camino, pensando sobre lo ocurrido y meditando creo encontrar las explicaciones: EL MIEDO de la señora a su señor, al dueño de la Ferme, al propietario de esa enorme propiedad donde pacen un buen número de caballos, el que tiene allí su negocio de actividades de ocio: vehículos 4x4, caballos y sitio para alojarse en un entorno rural... el mismo que nos recuerda a los caminantes que aquello es "Propiedad Privada"... el mismo que supongo provoca el MIEDO en su empleada que le impide darme un pedazo de pan.


Llegando al siguiente pueblo, me ocurren cosas muy impactantes. Algo que se me cae, la cruz con un Cristo en el cruce del camino, el perro con el trozo del pan en la boca... todavía el recuerdo de esos momentos provoca confusos pensamientos y cierta inquietud e inexplicables sensaciones. Tengo que repensar todo esto y reflexionarlo a fondo para poder escribir sobre ello... espero poder explicarlo mucho más a fondo en el libro.

Mi amigo Gerardo y su familia
Sigo mi camino y se va haciendo tarde (más de las 2 p.m., hora ya muy avanzada para poder comer en Francia). En estas aparece un nuevo cartel en el camino "Café Bera". Tengo que desviarme un poco del camino de las flechas amarillas. Cojo la carretera de la izquierda que me indican en el cartel y pronto encuentro a una señora que viene de frente; le pregunto si estará abierto el Café Bera y me indica que sí... bien sigamos. Llego a otro cruce de carreteras y allí no hay ninguna indicación ¿Y ahora qué, a la izquierda o a la derecha? Intento parar algún coche y no lo consigo. Voy a ver en esa casa del otro cruce que hay un poco más a la izquierda.

Me acerco, entro en la finca y allí encuentro a un hombre ya maduro (como yo o algo más joven) que está cuidando su jardín. Le saludo y le pregunto; pronto estamos hablando en español... él es Gerardo Sánchez, hijo de un emigrante de la guerra civil española. Me dice que el Café está tirando por la izquierda hacía St. Jean le Vieux, pero insiste en ofrecerme algo ¿una cerveza?  OK, venga esa cerveza, la que pedí hace ya bastante tiempo... estaba aquí, en casa de Gerardo. Saludo a su mujer Odette y a su hija Miriam (la dueña del gatito que atrapo con mi cámara). Subo al porche de la casa, me siento al sol y saca dos cervezas... cada uno con una cerveza y la charla sigue. Enseguida me dice que su mujer Odette insiste en prepararme algo para comer... y yo acepto de buen grado todas sus atenciones.

Antes me negaron un trozo de pan y ahora me ponen todo lo que pedí y mucho más: Verduras rehogadas, un par de huevos fritos, pan abundante, cervezas, queso, fruta, café con leche y charla, anécdotas y mucho, mucho calor humano.

Estando de sobremesa aparecen un par de amigas que se unen al grupo y allí fotos para el recuerdo y muchos ánimos que pongo en mi mochila para que me ayuden a pasar los pirineos.

        
 Intercambio de historias y de e-mails...  ¡Gracias, Gerardo, Odette, Miriam y las demás, nunca olvidaré ese momento!  Vuestra generosidad me la llevo en el corazón para el resto de mi vida.





El 1er. compañero del camino - Jesús Juan filipino de Lourdes
Después de la despedida, toca seguir... St. Jean de Pie de Port no está lejos y ya no necesito buscar el Café Bera. Entro en St. Jean le Vieux y allí a lo lejos veo a alguien con mochila a la espalda: el primer peregrino.

Cuando giro al llegar a la iglesia, allí está descansando. Presentaciones... se trata de Jesús Juan, un filipino que vive en Lourdes y que desde allí (como yo), empezó a marchar hacia Santiago. Caminamos juntos y llegamos pronto a St. Jean de Pie de Port.


St. Jean (ciudad histórica del camino), el albergue y Jeanne

Fotos y entrada por la puerta del Camino de Santiago, más fotos y pronto aparece la oficina para inscribirnos como peregrinos y acceder al albergue.

Bienvenida amable y cariñosa y nos indican como llegar al albergue (retroceder un poco). Al llegar, allí esta la simpática Jeanne... pronto se hace con nuestro cariño y simpatía esta mujer campechana que no entiende español. Allí van apareciendo más peregrinos: Primero Yanko (también empezó en Lourdes, un día después que yo) y luego, cuando ya estábamos cenando pasta rica preparada por Jeanne, Mathieu, un suizo que empezará aquí el camino. Ya somos cuatro... fotos, charla y siempre con el control de Jeanne que repite una y otra vez en francés  "menos parle y más manger".

La noche, de nuevo mis peleas internas
Duermo mal. Sobre las 10:30 me meto en la cama, no tengo sueño, cojo el libro y dentro del saco, a la luz de la linterna, leo 5 ó 6 páginas. Aún miro el reloj sobre las 00:20 y después me duermo. Poco rato ya que a las 03:40 me despierto. No me he quitado el reloj para dormir y mi mente, aliada con el tiempo, condiciona mi descanso. Decido que a partir de ahora me quitaré el reloj para dormir y me olvidaré del tiempo; mi mente y el tiempo se nutren mutuamente y no me permiten descansar.

De nuevo un sueño manipulador esta generándome inquietud, tensión y sufrimiento... no importa, ya no necesito bajar a los detalles, ya soy consciente, me he convertido en observador, estoy alerta y no voy a caer en la trampa. Hoy el sueño lleva al extremo su burda manipulación, con una escena familiar, que, utilizando datos de ahora mismo, me quiere hacer creer que mis decisiones están condicionadas por el interés personal, que tengo que sopesar mucho que hacer porque mis decisiones se pueden volver contra mí.

Pues va a ser que no!... ya te conozco y no voy a caer en tu trampa, tú, "mi yo mismo", ya no tienes ningún poder sobre mi, ya te conozco y lograré alejarte de mi. Conseguiré vivir el presente, me instalaré en el ahora y me olvidaré del tiempo, sobre todo a la hora de descansar por la noche, en el momento menos consciente, cuando más fácil puedes atacarme.... ¡Lograré ganar esta batalla contra mi yo mismo!

La transmutación del dolor
Según explica E.Tolle en su libro "El poder del ahora", cuando se consigue acabar con el sufrimiento, cuando dejamos de permanecer en el dolor y pasamos al estado de "conciencia", la atención consciente sostenida corta el lazo entre el cuerpo del dolor y sus procesos de pensamiento y efectúa el proceso de la transmutación. Es como si el dolor se volviera combustible para la llama de la conciencia. Cuando se  pasa de juzgar, de analizar y deja uno de identificarse con el dolor, el sentimiento de dolor y sufrimiento deja de convertirse en pensamiento. Entonces nos volvemos observadores de nosotros mismos y adquirimos la consciencia, nos convertimos en el observador silencioso de lo que pasa y no consumimos energía, lo que retroalimenta nuestra conciencia y recarga nuestra batería para afrontar cualquier reto.

Es por eso que, a pesar de no haber dormido demasiado y de tener por delante una etapa muy dura, me siento perfecto, con ganas de afrontar ese nuevo reto y con una gran alegría y paz. Los pirineos no me asustan, son mis amigos y disfrutaré mucho de esta etapa ¡estoy seguro de que va ser un gran día!