Bienvenidos

Buscando mi SER espero ayudar a otros igual que otros muchos me ayudaron a mi antes.

MI COMPROMISO: La verdad, casi toda la verdad y nada más que la verdad. Lo que escribo es lo ocurrido o sentido en cada momento, en el preciso momento en que lo registré en mi cuaderno o mi camara de fotos.

Y si quieres te lo digo en verso:
Puedes creértelo o no, // no es mi problema, es el tuyo, // lo que cuento sucedió, // sólo narro lo que vi, // lo que sentí y descubrí, // partiendo de mis lecturas, // mi experiencia y mi tesón. // Si te gusta, bienvenido // a este mi mundo interior. // Si te aporto, ya me alegro, // de hacer un mundo mejor. // Pero si ese no es el caso, // no tengo más que decir...


martes, 15 de febrero de 2011

OK >> Día 7 - St. Jean de Pie de Port a Roncesvalles + 26.3 Km = 173 Km

Perfil de la etapa y recorrido
La etapa más dura del camino. Se sale a una cota de 150 metros y hay que subir hasta 1.400 metros( un desnivel de 1.250 m en unos 20/22 Km).

De entrada, desayuno y más fotos con Jeanne (al llegar bronca por haber muchas luces encendidas) y con Andree (Andrea como mi nieta), la responsable del albergue. Inicio la marcha sobre las 08:05 y me llevo en mi cámara la primera foto andando (gracias Andree). Voy por delante de los demás, hago fotos, entro en la iglesia, entro en una panadería a comprar pan para todos y enseguida aparecen otros dos peregrinos; aún falta uno más. Les digo que yo voy andando, a mi ritmo. La subida es dura y continua y yo voy muy cargado; seguro que ellos me pasan y me dejan cuando vayamos subiendo. Eso me permite llegar a una zona despejada de casas cuando está saliendo el sol. 


Gracias a mi decisión de no esperarles conseguí las fotos del amanecer.

El ritmo de cada cual
Mientras hago las fotos ellos me pasan. Tengo que esprintar un poco para unirme a ellos... vamos andando y charlando por parejas, pero pronto quedo descolgado. Recupero terreno cuando ellos deciden pararse a descansar un poco. Yo sigo, voy más lento y si me paro pierdo el ritmo. De pronto una chica en el camino quiere detener mi marcha... ¡pues va a ser que no!  Me dice que van a venir unos caballos sueltos por el camino y qué estoy un poco loco... pues si vienen caballos mejor, así me mezclo con ellos. Al final no hubo ocasión de cruzarme con los caballos ya que me desvié, por un camino a la izquierda, antes de que les abrieran la puerta del prado donde estaban.


Pierdo las señales y tiro por un camino que no era. Los compañeros, que vienen detrás, me indican el error y yo, campo a través, recupero el camino. Ellos se van alejado y yo sigo a mi ritmo. Los sigo y voy viéndolos a distancia, cada vez más lejos... hasta que los pierdo. Más tarde, Jesús Juan me pasa (ha tenido que pararse a hacer algo muy personal).

Me aligeran la carga
La carretera no deja de subir. En el plano pone que pronto hay un lugar con una estatua de la virgen (sobre los 1.100 metros de altitud). Cuando llego allí, ya he tenido la oportunidad de recargar la botella con agua que surge de la montaña por el deshilo de la nieve que hay en algunas laderas. Cuando llego a la zona de la virgen (sobre las 11:40), veo a dos excursionistas... ya entro en la zona de nubes y me pongo el chubasquero... luego la capa impermeable por encima de todo el equipaje. Hace frio, busco en la bolsa y me protejo las orejas y sigo subiendo. Mis compañeros van muy por delante y se llevaron el pan... apelo a su conciencia para que en algún punto del camino esté mi parte para poder comerme la latita de sardinas que traje desde Calpe y que tengo reservada para esta etapa.

En ese trayecto y debido a que sacaba las cosas de mi bolso, que llevo colgado a la cintura, sin ver lo que hacía, fui dejando cosas por el camino... más tarde me percaté de ello.










Los compañeros se ayudan
Veo indicios de su paso (una botella de plástico, vacía, me indica por donde sigue el camino). La recojo y me surgen ideas, posibles proyectos basados en la botella y la transformación de la energía (ya sabes, ni se crea ni se destruye, solo se transforma).

Ya va siendo hora de comer... el pan aparecerá en algún momento, en algún lugar. Cuando el camino empieza a ir por una senda, en el punto donde hay que alejarse de la carretera, allí los encuentro. Mis compañeros habían puesto un montón de señales para que yo las viera y no siguiera por la carretera. Estaban a punto de irse, pero habían dejado pan y fruta para mi... llegue a tiempo y no paré, comí parte de la fruta y me uní a ellos; juntos paseamos la senda que nos llevó, a través de zonas llenas de nieve, hasta un refugio que hay en todo lo alto.


El chirimiri o la inmersión en la nube?
Yo les había dicho a mis compañeros, al iniciar la etapa, que hoy no llovería. Hablamos sobre ello cuando estábamos en lo alto y con los chubasqueros puestos... yo insistía en defender mis tesis... no estaba lloviendo.
Ellos de entrada a la pregunta de si llovía, los tres dijeron que sí, pero después de mi argumentación rectificaron su primera afirmación y estuvimos todos de acuerdo: No estaba lloviendo, estábamos fusionados con la nube y por eso notábamos el agua y llevábamos los chubasqueros puestos... los peregrinos fundidos con la nube compartiendo un espacio físico sobre los pirineos, en lo más alto, camino de Roncesvalles.
 
Causalidad al pasar a Navarra desde Francia
Íbamos charlando Yanko y yo de nuestras cosas, de nuestras vidas, cuando me avisa de que estamos entrando en España (cartel que indica que llegamos a Navarra). Justo en ese momento yo le iba contando sobre mis vacaciones del verano en Navarra, con esa mujer sabia que me ayudo a ir encontrándome a mi mismo, a ir preparándome para cambiar, para pasar a un estado de mayor consciencia... ¡causalidad en Navarra!




El refugio y los nuevos compañeros/amigos
Avanzando hacia la cota más alta de la montaña y de pronto un llano y allí un refugio. Perfecto, -pensé- aquí nos quedamos un rato y me como mi bocata de sardinas, ahora que ya tengo pan. Mis otros compañeros ya habían comido mientras me esperaban (cuando nuestro camino se desviaba de la carretera) y me dijeron que ellos no deseaban parar. OK, sin problemas, vosotros no me necesitáis a mi y yo tampoco a vosotros, seguir que yo necesito descansar un rato y alimentarme. Yanko se resistía a dejarme allí solo, no quería admitir que yo prefería quedarme solo a irme sin comer algo... por fin parten los tres y yo me dispongo a ponerme más cómodo. Voy muy húmedo por dentro debido al sudor. Me desnudo de cintura para arriba, me seco y, cuando voy a buscar una camiseta para ponerme ropa seca, me percato que he perdido un montón de cosas: camiseta de manga larga, camiseta de manga corta, protector de cuello (braga sin estrenar), par de guantes... y ¡las gafas! Pues al final no tenía otra cosa seca que la camisa del pijama y eso fue lo que me puse... y encima el chubasquero.  Tranquilidad, descanso y alimentación ¡Cómo me supo el bocata de sardinas! y también algo de fruta.

Cuando ya me disponía a marchar, justo cuando estaba colgándome mi equipaje, oigo voces y salgo a ver quien viene. Allí empiezan a aparecer algunas de mis cosas; de entrada un guante de lo perdidos viene tapando una de las manos de una de las tres chicas que, de pronto, salen de la nube. Nos saludamos, les digo que ese guante lo perdí hace un rato, me lo entrega amablemente y me dice que el otro aparecerá pronto, ya que su marido fue en su busca. Enseguida aparece ese otro guante y Fernando, el marido de Loli, a la que vi antes, llegando con Cristina y Yolanda.

Mientras me acabo de preparar para ir con ellos, las chicas se van por delante y Fernando se queda a esperarme. Con él baje desde el refugio hasta Roncesvalles. Un estupendo compañero de camino, charlamos de su vida y de la mía, de mi transformación a través del camino y del libro "El poder del ahora"... le fui convenciendo del gran poder de ese libro, mientras subimos a lo más alto del recorrido y después empezamos a bajar. Al final de la senda aparece un puente y un grupo de valencianos que nos hacen unas fotos. Antes de llegar al bar donde nos esperaba una cerveza, retorno la botella de plástico al ciclo de la energía (pronto pasará del contenedor de plástico a una nueva vida, a una nueva utilidad).

Entramos en el bar y las chicas ya estaban calentándose al fuego de la chimenea... La cerveza, las notas para aportarles mis libros de ayuda y la despedida...  

¡Gracias a tod@s y en especial a Yolanda que fue la que pagó la cerveza!

El albergue, la tarde y la cena
De nuevo con los compañeros, en el albergue y una alegría ¡mis gafas las tenía Yanko... antes de separarnos se me cayeron y él las recogió y las guardó!. Hay nuevos peregrinos que voy conociendo: Breda de Irlanda, Simón de Menorca y dos ciclistas andaluces cuyos nombres no recuerdo.

Allí y en el bar de la cerveza fue pasando la tarde. La colada, el descanso, el café, la actualización del Blog y al final la cena en otro restaurante cercano al refugio; Yanko nos invitó a un helado... hoy cumple años ¡Felicidades!  Tanto ir y venir, olvidé las gafas en el primer bar, de nuevo sin gafas.

Bueno, mañana a primera hora las recogeré y seguimos el camino.

Nos acostamos, ya sin reloj, y dormí bastante bien... ¡el día había sido duro pero muy gratificante!