Como el mesón de Pilar no abre hasta las 8 y pico, no hay prisa. Salgo del albergue sobre las 8:10, dejo las cosas en la puerta del mesón y me voy a hacer fotos del pueblo... llovizna y un poco de niebla. Las fotos de las pallozas, los rincones entrañables y al ratito se abre la puerta del mesón.
Pido que me vayan preparando el café (con leche muy caliente, por favor) y las tostadas.
Mientras tanto, anoto en mi cuaderno las fotos de ayer para después relatar el día más fácilmente en el blog. Desayuno y me pongo a intentar avanzar en el blog... no fue posible, no tenían conexión (ni a internet ni al teléfono). Esto está muy alto y algo apartado y el servicio no es excesivamente bueno. Aprovecho para leer la prensa que ya llegó, mientras "no one/name man" pide un segundo café (se volvió porque no le gusto como estaba la mañana). Yo, cuando acabo de leer la prensa, cargo con todo, como todos los días, y empiezo a caminar con mucha alegría... entre la niebla; hoy es un día tan bueno como cualquier otro para caminar, para disfrutar y para tener experiencias preciosas en el camino... VEREMOS QUE PASA.
Empiezo por la carretera y cuando llego al primer pueblo, Liñares cojo el sendero que me llevará al alto del Poyo (en gallego Do Poio). Allí entro a tomar café y saludo a una señora, ya mayor, que me dice llamarse Remedios. Es la misma Remedios que aparece en el libro de Paulo Coelho y me cuenta algunas cosas del camino, pero no de Paulo, sólo que lo vio (un peregrino más); sí me habla de Shirley McLaine y me dice que tomó un refresco y fue al baño, cuando, allá por 1994, ella hizo el camino. Me quedo un buen rato con el café, con la charla y hojeando el libro sobre Elías Valiña, que fue párroco de O'Cebreiro (en paz descanse) desde 1959 a 1989.
Este hombre, tío de Pilar, la del mesón de anoche, es descrito en el libro como:
> El mejor comunicador del camino.
> El pequeño gigante que nos enseñó el camino.
> El revitalizador de el camino y un visionario del camino.
A él se le atribuyen las flechas amarillas que nos indican a los peregrinos por donde seguir para llegar a Santiago. Va avanzando la mañana y sobre las 12:10 reanudo la marcha; en media hora llego a Fonfría.
La comida y la tarde
Allí hay un mesón-albergue y, como tengo ganas de charlar, entro a preguntar si tienen internet para modificar los errores que tengo publicados en el relato sobre Paulo Coelho... uno de mis seguidores, mi amigo Celestino, ha estado muy atento y no sólo me ha avisado de los errores, sino que me ha enviado más información sobre Paulo. Me pongo un rato a corregir esos errores y a escribir nuevos datos recabados hasta ese momento y se va haciendo la hora de comer.
Hablo con Ángela y me dice que casi esta a punto el puchero que está preparando para hoy: Espinacas con carne y patatas. Me pone un buen plato, lo disfruto mientras me cuenta cosas de Paulo y, sobre todo, de su mujer Cristina. Después de tomar café vuelvo a ponerme a caminar (son las 14:35).
El camino hacia Triacastela es cuesta abajo y bastante empinado. Metro a metro, kilómetro a kilómetro... voy acercándome a Santiago... ya cerca de mi destino, me encuentro con unos trabajadores que están podando y reparando la senda para que los peregrinos que van a Santiago lo tengan un poco más fácil.
Sobre las 16:15 estoy en el centro de Triacastela tirando fotos al castaño centenario que hay a la entrada (dice un cartel que más de 800 años). Busco un albergue, compro algo de comer, lo cocino y ceno. Más tarde, me relajo y descanso. Cuando me voy a la cama (hoy comparto habitación con un señor mayor alemán), tengo que levantarme e irme en busca del sofá... sólo un peregrino, pero hace más ruido que un regimiento de roncadores. Además hay en el albergue un pareja de nuevos peregrinos que llegaron en bici y la alemana joven de ayer en O'Cebreiro.
Pido que me vayan preparando el café (con leche muy caliente, por favor) y las tostadas.
Mientras tanto, anoto en mi cuaderno las fotos de ayer para después relatar el día más fácilmente en el blog. Desayuno y me pongo a intentar avanzar en el blog... no fue posible, no tenían conexión (ni a internet ni al teléfono). Esto está muy alto y algo apartado y el servicio no es excesivamente bueno. Aprovecho para leer la prensa que ya llegó, mientras "no one/name man" pide un segundo café (se volvió porque no le gusto como estaba la mañana). Yo, cuando acabo de leer la prensa, cargo con todo, como todos los días, y empiezo a caminar con mucha alegría... entre la niebla; hoy es un día tan bueno como cualquier otro para caminar, para disfrutar y para tener experiencias preciosas en el camino... VEREMOS QUE PASA.
Empiezo por la carretera y cuando llego al primer pueblo, Liñares cojo el sendero que me llevará al alto del Poyo (en gallego Do Poio). Allí entro a tomar café y saludo a una señora, ya mayor, que me dice llamarse Remedios. Es la misma Remedios que aparece en el libro de Paulo Coelho y me cuenta algunas cosas del camino, pero no de Paulo, sólo que lo vio (un peregrino más); sí me habla de Shirley McLaine y me dice que tomó un refresco y fue al baño, cuando, allá por 1994, ella hizo el camino. Me quedo un buen rato con el café, con la charla y hojeando el libro sobre Elías Valiña, que fue párroco de O'Cebreiro (en paz descanse) desde 1959 a 1989.
Este hombre, tío de Pilar, la del mesón de anoche, es descrito en el libro como:
> El mejor comunicador del camino.
> El pequeño gigante que nos enseñó el camino.
> El revitalizador de el camino y un visionario del camino.
A él se le atribuyen las flechas amarillas que nos indican a los peregrinos por donde seguir para llegar a Santiago. Va avanzando la mañana y sobre las 12:10 reanudo la marcha; en media hora llego a Fonfría.
La comida y la tarde
Allí hay un mesón-albergue y, como tengo ganas de charlar, entro a preguntar si tienen internet para modificar los errores que tengo publicados en el relato sobre Paulo Coelho... uno de mis seguidores, mi amigo Celestino, ha estado muy atento y no sólo me ha avisado de los errores, sino que me ha enviado más información sobre Paulo. Me pongo un rato a corregir esos errores y a escribir nuevos datos recabados hasta ese momento y se va haciendo la hora de comer.
Hablo con Ángela y me dice que casi esta a punto el puchero que está preparando para hoy: Espinacas con carne y patatas. Me pone un buen plato, lo disfruto mientras me cuenta cosas de Paulo y, sobre todo, de su mujer Cristina. Después de tomar café vuelvo a ponerme a caminar (son las 14:35).
El camino hacia Triacastela es cuesta abajo y bastante empinado. Metro a metro, kilómetro a kilómetro... voy acercándome a Santiago... ya cerca de mi destino, me encuentro con unos trabajadores que están podando y reparando la senda para que los peregrinos que van a Santiago lo tengan un poco más fácil.
Sobre las 16:15 estoy en el centro de Triacastela tirando fotos al castaño centenario que hay a la entrada (dice un cartel que más de 800 años). Busco un albergue, compro algo de comer, lo cocino y ceno. Más tarde, me relajo y descanso. Cuando me voy a la cama (hoy comparto habitación con un señor mayor alemán), tengo que levantarme e irme en busca del sofá... sólo un peregrino, pero hace más ruido que un regimiento de roncadores. Además hay en el albergue un pareja de nuevos peregrinos que llegaron en bici y la alemana joven de ayer en O'Cebreiro.